Tres de ellos, el esmalte, la dentina y el cemento, son los tejidos duros. El cuarto, la pulpa (el centro del diente que contiene los nervios, los vasos sanguíneos y el tejido conjuntivo), es un tejido blando o no calcificado.
- Esmalte. El tejido duro y calcificado que cubre la dentina en la corona del diente. Al no contener células vivas, el esmalte dental no puede reparar los daños ocasionados por la caries o el desgaste. Solo un dentista puede corregir estos problemas.
- Corona anatómica. La parte visible del diente. Normalmente está cubierta, e incluye, el esmalte.
- Encías. Los tejidos blandos que cubren y protegen las raíces de los dientes y cubren los dientes que aún no han salido.
- Cámara de la pulpa. El espacio que ocupa la pulpa, el tejido blando en el centro de los dientes que contiene los nervios, los vasos sanguíneos y el tejido conjuntivo.
- Cuello. La zona donde la corona se une a la raíz.
- Dentina. La parte del diente bajo el esmalte y el cemento. Contiene túbulos microscópicos (pequeños tubos o canales huecos). Cuando la dentina pierde su cobertura protectora de esmalte, estos túbulos permiten que el calor, el frío o alimentos ácidos o pegajosos alcancen los nervios y las células del interior del diente, causando la sensibilidad del diente.
- Mandíbula. La parte del hueso de la mandíbula que rodea las raíces de los dientes.
- Canal de raíz. La parte de la cavidad de la pulpa dentro de la raíz del diente; la cámara dentro de la raíz del diente que contiene la pulpa.
- Cemento. El tejido conjuntivo duro que cubre la raíz del diente y sujeta el ligamento periodontal.
- Ligamento periodontal. Un sistema de fibras conjuntivas colágenas que conectan la raíz de un diente al alvéolo.